Para que el sexo siga funcionando lleno de pasión como en los años del noviazgo, las parejas de hoy nos enfrentamos a un desafío enorme pero no imposible: conciliar lo seguro y lo predecible de la relación con lo misterioso, lo excitante y lo sorprendente.
Entonces, debemos aprender a armonizar el compromiso y la responsabilidad de tu relación de pareja, con el juego y la emoción. Claro; no se puede generalizar respecto a cuáles vestimentas o accesorios son inapropiados para el placer, todo depende del gusto de la pareja.
Pero lo inadmisible son aquellas prácticas que a ti o a tu cónyuge les desagradan y hasta matan la pasión. ¿Cómo saber cuáles objetos o comportamientos no son convenientes en la alcoba?
La respuesta está en experimentar y comunicar, pues lo que no agrada a una pareja, puede gustarle a otra. Lo importante es llegar a un acuerdo porque de no expresar las molestias, el uso frecuente de una prenda de vestir, un juguete o un producto determinado desmotiva los encuentros íntimos.
Las recomendaciones para decirle a tu compañero que algo te incomoda es mencionando primero lo que sí te gusta y disfrutas. Luego debes hablarle del asunto en discordia y dar una opción. El tema se debe discutir al día siguiente del acto sexual, haciendo comentarios específicos, y no en el momento de excitación ni hablando generalidades.
Debes tener en cuenta que no es necesario amarse para tener sexo, pero sí es necesario tener sexo para poder amarse, y el matrimonio corre un gran riesgo cuando intenta controlar la pasión, pues así logra acabar con ella.
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