Que la chispa y la pasión desaparezcan con el tiempo es algo muy normal. Como ya se sabe, al principio de una relación, estamos con una explosión de endorfinas que nos hace sentir la pasión sin límites y nos mantiene en un estado de euforia.
Pero después de ese periodo llega otro más maduro basado en la ternura y la complicidad. Lo que no hay que permitir es que la monotonía y el aburrimiento se apoderen de la relación.
El ritmo de la vida diaria hace que a veces no tengamos ganas de esforzarnos y seamos un poco dejados, eso es lo que estropea y lo que hay que evitar con pequeños trucos que además hacen que se eviten las discusiones.
Y no solo se trata del sexo. A veces un ramo de rosas o cualquier regalo sencillo despiertan la ilusión de que el otro se haya acordado de ti. Lo que debes hacer es intentar repetir situaciones del principio como si fuese un aniversario. Por ejemplo una cena en un restaurante, un viaje, una canción.
Tambien es importante el tema de la reciprocidad. Dar y no recibir crea un sentimiento negativo de abandono. Siempre tienen que existir un ten con ten. No puede tirar uno solo del carro. Cuando se crea este vínculo de apoyo y cariño todo va sobre ruedas.
Lo mejor es empezar reforzando los aspectos positivos y en segundo lugar hablar de los negativos, así la otra persona no se cierra en banda. Nunca se debe juzgar sin cariño y sin ganas de superarlo.
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