Cuando un hombre o mujer establecen su tipo de conducta sexual y llegan con esta a la edad madura y cambian o se encuentran cerca de la vejez sufren una presión social negativa, pues muchísimas personas le califican de viejo y le quitan todo derecho de ejercer la gran mayoría de funciones y especialmente las sexuales.
Peor aun, se ven ridiculizados cuando realizan intentos de mejorar su apariencia personal, y más aun si está acompañada de un toque de coquetería o juventud como expresión de su vitalidad y de su espíritu dinámico y emprendedor.
Hay que tener en cuenta que la ternura parece ser la característica más evidente de las parejas más mayores. Las caricias y los mimitos son su principal forma de comunicación. Los besos y las caricias más sugerentes pueden ser la mejor forma de comenzar una aventura sexual.
Son pocos los mayores que se arriesgan con el sexo espontáneo y fugaz. La mayoría de ellos saben que los mejores resultados se obtienen conjugando los sentimientos de amor y de deseo. Y es que la edad tampoco tiene porqué estar necesariamente a la enfermedad o la falta de forma física. Es absurdo condenar a los más mayores a la castidad simplemente por las ligeras sospechas de que pueden sufrir algún percance durante el acto.
En realidad, según los expertos médicos la erección y el coito suponen un gasto de energía similar al que se realiza al subir a un segundo piso por las escaleras. Si te crees capaz de prescindir del ascensor, porque no vas a poder retozar alegremente entre las sábanas.
Quizá has sido capaz de interpretar con satisfacción todas las exigencias. Pero… los años no pasan en balde y es posible que hayas perdido parte de tus competencias y habilidades físicas. Recuerda que no se trata de impresionar a nadie. Tienes que comprobar que la sinceridad es la primera condición para asegurar el éxito de cualquier aventura sexual.
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